miércoles, 14 de julio de 2010

Dones Sagrados del Espíritu Santo


Antes de nuestra oración personal o comunitaria, siempre es conveniente invocar al Espíritu Santo. El gran desconocido, la 3* persona de la Santísima Trinidad, que Jesús nos dejó cuando ascendió a los cielos. Es el Paráclito que quiere decir: abogado, consolador. Es el viento y aliento de Dios, que sopla en nuestras vidas cuando lo invocamos. Es el fuego sagrado que nos ilumina y calienta; y nos comunica siempre con Jesús y con Dios Padre.

Cuando lo invocamos con fuerza y con el corazón, derrama muchos dones y carismas; pero hay siempre que pedir que derrame sobre nosotros los 7 dones espirituales.
Es muy útil, pedir cada día por uno de ellos especialmente, de acuerdo a cada situación que se nos presente.

Sabiduría: para aprender el arte de vivir en plenitud, para tomarle sabor a la vida que nos toca vivir (sabiduría viene de sabor), y tomarle gusto a las cosas celestiales.

Inteligencia o Entendimiento: para comprender las verdades más profundas de nuestra fe, y para entender y discernir cuando Jesús me habla, a través de la palabra o de un eco de la palabra, algún acontecimiento, una persona que se cruce en nuestro camino, durante una oración o durante los sueños.

Consejo: para poder orientar a nuestros hermanos en el verdadero sentido de la vida.

Ciencia: para que podamos ver las cosas de este mundo con ojos espirituales.

Fortaleza: para sobrellevar las situaciones más difíciles de nuestra vida, soportar las imposibles, y mantenernos firmes en la fe.

Piedad: para reconocer el valor sagrado en todas las personas.

Temor de Dios: que no es miedo, para cuidarnos de no ofenderlo jamás.


(aporte de Ronnie)

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